Mano a mano con Alfredo Francisco Koncurat – El Diario 8-10-2018.
Nació en General Pico (La Pampa), el 26 de febrero de 1975. Casado, tres hijos. Licenciado en Economía, máster en Administración y Dirección de Empresas. En el año 2000 empezó su actividad profesional en Villa María, al poco tiempo se fue a España y en dicho país vivió cinco años. A su regreso encaró una actividad comercial que le permitió con mayor tranquilidad iniciar su camino en el mundo del asesoramiento empresario. Es director de EKO consultora
Escribe: Nancy Musa
El Diario (Villa María)
Le apasiona la planificación estratégica de empresas. Su perfil práctico de economista se complementa con una veta literaria y artística. La formación en el orden contable y la frialdad de los números no opacó la claridad de su mirada en torno a las desigualdades sociales. Es un convencido de que un país se desarrolla protegiendo sus fuentes productivas internas generadoras de trabajo. Una visión que reproduce en sus columnas o en sus conferencias.
La situación actual de la economía es motivo de preocupación para Alfredo Koncurat. Si bien no tiene militancia partidaria, le gustaría aportar sus conocimientos a proyectos serios que tiendan al bien común.
Como buen aficionado al ajedrez, estudia cada movida y analiza sus consecuencias. Un profesional joven, diplomático, que cree en el diseño de un modelo que incluya a todos los sectores, armado en base al consenso y a la madurez de la clase dirigente.
-Este plan económico ¿hacia dónde nos conduce?
-Creo que irremediablemente a un colapso de la economía, más tarde o más temprano. Es un modelo de desarrollo donde sobran veinte millones de argentinos. Con lo cual, aunque llegara a ser viable, no sería equitativo.
-De acuerdo a su análisis, ¿el Gobierno central venía con un plan premeditado o fueron a los tropezones improvisando?
-Uno poco de los dos. El viraje de la política económica del modelo fue de 180 grados. De un modelo de desarrollo donde la renta del país se redistribuía internamente para que se pudiera crecer con consumo interno, que era el modelo anterior, pasamos a un modelo de desarrollo donde la renta era principalmente por el sector agroexportador y debiera, si funcionaba, revertirse en el mismo sector.
Pero no fue así, porque esa renta fue a financiar la fuga de capitales y los entes especulativos. Está claro que tenían un modelo de cambiar el rumbo del barco del norte a sur y después hubo ciertas incongruencias y tropezones, como decís vos, que se han ido emparchando sobre la marcha.
-Recurrir al Fondo ¿fue una buena idea o fue la tabla de salvación?
-El modelo que plantea el neoliberalismo requiere de financiamiento externo. El modelo clásico donde la renta del país se basa en un crecimiento muy grande de los saldos exportables y esto debería financiar las inversiones para que esto creciera. Pero, hubo cosas que no funcionaron porque en vez de llegar las inversiones esas, se fugaron. Entonces, se necesitaba de financiamiento externo, ya era sabido, si sirvió o no sirvió depende de los puntos de vista.
En el corto plazo, el dinero que entra ayuda a dar un poco oxígeno, las consecuencias de eso son las que estamos viendo ahora, condicionamiento de políticas actuales y sobre todo condicionamiento de políticas futuras.
Hoy, el Gobierno está con menos grado de libertad para hacer su política económica y lo peor de todo es que deja al gobierno que venga, sean ellos u otro, con menos grado de libertad.
-Hay especialistas que dicen que irremediablemente vamos a terminar en un default ¿cuál es su opinión al respecto?
-O vamos a un default irremediablemente, que es una de las opciones claras, o vamos a una reestructuración de deuda. Ahora, cuando el prestamista te hace una reestructuración de deuda te pide algo a cambio. Y lo único que tenemos para ofrecer nosotros es la posibilidad de generar renta futura a través de nuestros recursos naturales, que es lo que justamente Argentina trata de hacer bajo este modelo.
Es decir renta de la agroexportación. Y en esto incluyo todo lo que puede ser exportable en términos de commodities. Porque hablamos de soja, pero también hablamos de la posibilidad de exportar litio, agua o petróleo.
-La dirigencia de izquierda, principalmente, considera que vienen por nuestros recursos ¿es una posibilidad?
-Esto no deja de ser una suposición o una hipótesis que podemos plantear muchos de los argentinos, de otra forma es difícil de entender qué moneda de cambio vamos a tener para ofrecer nosotros cuando necesitamos una reestructuración de deuda de nuestros prestamistas.
Está claro que no deja de ser una hipótesis, pero geopolíticamente también está claro que América del Sur es la zona de mayor riqueza natural del mundo y estamos hoy encolumnados a un eje central que es Estados Unidos y Europa.
-De la corrida cambiaria le echaron la culpa al contexto internacional ¿qué grado de culpabilidad tuvo dicho contexto y qué grado de culpabilidad tuvieron los errores del equipo económico?
-En este caso, creo que es absolutamente culpable el Gobierno. Porque se sabía de antemano que el riesgo de un aumento de tasas en los Estados Unidos iba a ocasionar una debilidad en Argentina, por una disminución de los precios de los commodities.
Estados Unidos, antes que ganara Trump ya estaba amenazando con una suba de tasas de interés y apenas ganó Trump subió la tasa de interés y además hubo un proteccionismo interno.
Era de cajón que esto iba a ocasionar una guerra comercial entre China y Estados Unidos y que ya casi nadie en el mundo quiere comprar al resto, lo que puede producir porque está cuidando el trabajo de su país.
Hacer una apertura económica en términos de bienes y de flujos de capitales como hizo el Gobierno en 2016 estaba claro que iba a traer las consecuencias que hoy estamos viendo.
Era una cuestión de tiempo, yo vengo escribiéndolo hace dos años, no me sorprende en absoluto la crisis que estamos viviendo ahora.
-Argentina quiere entrar en el mundo, el mundo es proteccionista, Argentina abre sus puertas ¿cómo se explica esta paradoja?
-Se explica bajo unas promesas que haya hecho el Gobierno actual para poder entrar a ser amigo del grandote del barrio, por así decirlo. Son los condicionamientos que tuvo que aceptar Argentina para poder pertenecer, entre comillas, a un eje occidental importante, tradicional y con organismos de créditos como son el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, Estados Unidos, Europa.
Antes, en el Gobierno anterior, el país estaba más volcado a lo que era el famoso brics que era la India, Brasil, China. Nos despegamos de ese eje, pero entramos en otro eje y creo que los condicionamientos fueron “entrá, pero tenés que darnos materia prima”.
-¿Somos el amigo del grandote del barrio o somos el esclavo del grandote del barrio?
(Risas). Bueno, pregunto lo mismo ¿somos el amigo o somos el esclavo?, que lo responda el que lea la nota. Que quede flotando en el aire la pregunta.
-Vamos a la micro ¿qué consecuencias tienen las altas tasas de interés y la flotación del dólar en el mercado interno, en la vida cotidiana de la mayoría?
-Paso a comentar un concepto, antes. Con Sturzenegger la política monetaria fue cuidar las tasas de interés para poder traccionar la famosa lluvia de inversiones que nunca vino, porque no solamente tenés que tener tasas de interés bajas sino que hay que tener otros condimentos y dejar libre flotación la cantidad de emisión de monedas. Podés manejar una u otra variable en política monetaria.
Se pasó de ese concepto al concepto que manejó Caputo que es tratar de manejar las dos cosas a la vez y se le desbordó. Y ahora pasamos con este otro muchacho (por Sandleris) a manejar absolutamente la cantidad de moneda emitida y para nada la tasa de interés, que hoy en los bancos es superior al 80%.
Esto, como bien preguntaste, trae unas consecuencias absolutamente muy negativas.
-¿Un alto precio?
-Sí. Una debacle en la vida de las empresas, de las familias y vamos a ver en un corto plazo resultados nefastos en la economía productiva del país.
Las empresas no pueden soportar de golpe y porrazo pasar de tasas de 40% al 80% cuando ya se estaban financiando.
Eso va a traer un costo financiero tan oneroso que ya las empieza a afectar en lo económico. Entonces vamos a ver empresas que dejan de ser viables, familias que ya no pueden refinanciar sus créditos y eso trae cierre de fábricas, de empresas o familias que tienen que vender su auto o su casa porque ya no pueden pagar más el crédito UVA.
-Hoy lo que pagamos está dolarizado y lo que cobramos está pesificado, es insostenible para cualquier bolsillo…
-Tal cual. Una medida nefasta, allá por 2016, fue dolarizar las tarifas porque eso trae como consecuencia no solamente una pérdida constante del poder adquisitivo sino algo peor todavía, que nunca lo tuvieron en cuenta o fueron muy torpes, que eso trae aparejado un mecanismo de propagación de la inflación. Es decir, aumenta el dólar, aumenta las tarifas, aumenta todo y es mucho más difícil frenar la inflación.
Parecía que iba a ser fácil doblegar la inflación, cuando estaban en campaña, y hoy estamos con una inflación más alta, en los últimos tres años, que la del gobierno anterior.
Se les escapó de las manos.
-Días atrás dio una charla en AERCA ¿notó preocupación en el empresariado?
Totalmente, noté preocupación y además noté que, con diferentes opiniones, la mayoría estaba de acuerdo en que el Gobierno había fracasado con su plan económico y se plantea cómo hacer para que la situación nos afecte lo menos posible.
Está claro que estaban casi todos de acuerdo que en el tema económico estamos en crisis.
-¿Qué le aconseja usted a los comerciantes para pasar la primavera, el verano y demás estaciones?
-Que no se endeuden, que traten de ser muy prudentes en ese tema porque las tasas de interés no van a bajar, por lo menos en el corto plazo y que achiquen lo más posible su cadena de pago. Esto lo vengo aconsejando hace más de un año, porque todo lo que está sucediendo ya veíamos que iba a pasar.
Quien fue prudente, hoy recibe cheques a 30 y 60 días y está en el circuito. Pero quien tiene cheques a 120 días, los tiene en cartera porque ni siquiera los puede vender en el banco.
Te encontrás con papelitos que no te sirven y corrés el riesgo de que sean insolventes. El problema financiero es un castillo de naipes que se está disolviendo de arriba hacia abajo.
-Si tuviera que hacer una comparación con lo ya vivido ¿con qué etapa del país lo compararía?
-Creo que cada etapa es particular, uno ha vivido crisis y ha leído muchas crisis. Es parecida al año 1988, durante el Gobierno de Alfonsín, con el plan Primavera, hay muchas similitudes con el plan que aplicó en ese momento el ministro de Economía Juan Vital Sourrouille y el segundo que era Machinea. Era similar, secar la plaza para sostener al dólar y después explotó con la hiperinflación. Hay parecidos con varias crisis, pero esta es única, nos agarra con una tasa de desempleo no tan alta que está creciendo, el país tracciona, pero las consecuencias que se vienen van a ser muy tristes.
-El Gobierno dice que la culpa es de la herencia recibida ¿tan mal dejó el país el Gobierno anterior?
-Creo que había dificultades, sobre todo en la famosa restricción externa. Se creció mucho desde 2004 a 2011, 2012 no fue bueno, 2013 mejoró, pero al crecer mucho se demandan numerosos bienes importados, porque nuestra industria requiere insumos y maquinarias importadas, entonces esa demanda hace que la balanza comercial quede en déficit.
Eso se llama restricción externa, que la hemos tenido varias veces a lo largo de cien años.
Para financiar la demanda de importación hacen falta cantidad de dólares que no tenés y eso le jugó en contra al Gobierno anterior, vino el famoso cepo, hubo molestias en el consumidor porque no podía comprar cinco millones de dólares, y las consecuencias fueron que se decidió por otro modelo con mayores libertades.
La herencia recibida fue un país desendeudado, trabajando, con una tasa de desempleo del 6,7% dicho por el propio INDEC actual, con dificultades, pero con un país en marcha.Ya después de tres años no hay excusa, aplicaste tu propio plan y si algo está saliendo mal la culpa es tuya, no hay herencia recibida que valga.
-¿El déficit cero es un mito?
-Eso es para conformar con el FMI, para que nos presten los 13 mil millones de dólares que tienen que venir este año, si no sale el Presupuesto no llega esa plata y se le corta el respirador artificial al Gobierno.
Tener un déficit cero como está planteado no me parece inteligente ni válido, porque el déficit cero es el primario, o sea lo que gasto es igual a lo que recaudo. Pero si miramos abajo el déficit financiero estamos a casi un 4% de los intereses de deuda que tenemos que pagar por todo lo que contrajimos en los últimos años.
Quiere decir que lo que se promete o pretende el Gobierno con su Presupuesto es que va a gastar lo mismo que va a recaudar, pero después de algún lado va a tener que salir la plata para pagar los intereses de la deuda.
O sea que es un mito, tal cual está planteado ahora. Voy a tratar de explicarlo, en una familia uno va consumiendo más o menos lo que va ganando, va acelerando consumo usando la tarjeta sabiendo que lo va a pagar y se puede hablar de déficit cero.
Pero un país no funciona así, muchos manuales de desarrollo consideran inteligente endeudarse en forma prolija porque si tomás una deuda para hacer obras de infraestructura que la van a disfrutar las generaciones futuras sería justo que lo paguen las generaciones futuras.
Ningún país del mundo se preocupa por el déficit si está haciendo obras importantes para el futuro. La deuda en sí no es mala, lo malo o bueno está en para qué se utiliza. Porque está comprometiendo el futuro de toda una sociedad y las generaciones que vienen.
-¿Cómo se sostiene un trabajador con el salario vital y móvil actual?
-Lo mismo pregunto, con muchas dificultades, restringiendo consumo y calidad de vida.
-¿Por qué el Gobierno no ve la situación de la mayoría de los argentinos o la ve y le es indiferente?
-Tiene bien claro el modelo que quiere implantar en el país, calculo que las consecuencias que están ocurriendo serán un efecto colateral de las políticas. No lo sé, tendría que estar en la cabeza de ellos.
De cualquier forma, quedan excluidos del sistema veinte millones de argentinos, tendrán que readaptarse, pero uno no se readapta de un mes para otro.
El ministro Cabrera del ex-Ministerio de Industria fue muy claro, cuando asumieron, dividió la industria en tres: la agroindustria que iba a ser el motor del país, una medianamente competitiva que ellos iban a apoyar, estamos hablando de medicamentos, software, y después otro sector de baja competitividad que según Cabrera se iba a tener que readaptar.
-¿Quiénes pretenden que se readapten?
-Estamos hablando de la industria textil, del calzado, de juguetes, de electrodomésticos. Entonces yo pregunto las cientos de familias que fueron a Tierra del Fuego y consiguieron trabajo armando electrodomésticos ¿qué van hacer ahora, van a pescar?
El sector industrial que más mano de obra tiene es el textil, con trescientas mil personas registradas, es imposible competir con lo que viene de afuera, ¿qué hacemos con las trescientas mil familias? El plan de hacer software puede ser perfecto en el papelito, pero mientras tanto hay personas y familias en el medio y se destruye el entramado social.
-El plan está basado en un modelo agroexportador, según dijo, ¿tenemos capacidad para desarrollarlo como una prioridad?
-El mundo no está comprando, los países europeos se autoabastecen en alimentos, te compra China y en veinte o treinta años ni China te va a comprar o comprarán materias sin valor agregado. Entonces lo que vos estás vendiendo es la generación de una renta agraria, concentrada en pocas manos en el país y encima es tomadora de muy poca mano de obra. O sea, aunque sea sustentable en el tiempo ¿qué hacemos con el resto de la población que sobra?
-¿El dólar puede llegar a escaparse a valores superiores de lo que hoy se habla?
-Creo que todo apunta a sostenerlo. Todas las políticas apuntan a sostenerlo frente a cualquier tipo de consecuencia para la economía real. Aumentar las tasas de interés de la forma que las están aumentando, frenar la cantidad de billetes como la han frenado apunta a sostener el dólar y frenar la inflación.
Si se logra el cometido probablemente el dólar se mantenga estable y las consecuencias para la economía real serán nefastas. Ahora si ese dique de contención no es suficiente el dólar estalla y todo eso depende del posible refinanciamiento del FMI y una buena cosecha del año que viene. Pero la conclusión final es ¿podemos estar contentos con un país en donde la política económica nos derivó a que para continuar la marcha como sea, a los tumbos, dependamos de un prestamista externo y de la lluvia?
-Hipotéticamente hablando, si usted fuera legislador de la Nación ¿levantaría la mano para apoyar el Presupuesto 2019 enviado por el Ejecutivo?
-No, para nada. Tiene inconsistencias por todos lados. Las inconsistencias derivan de pensar que va haber una baja en el consumo, una baja del gasto público, una baja de inversiones y un crecimiento desorbitante de las exportaciones, algo que por arte de magia puede llegar a ocurrir con un dólar estable a 40 pesos.
Digamos que se contradice a sí mismo, no es serio.
-Mirando desde la política ¿usted qué piensa que se debería hacer en esta situación?
-Creo que la sociedad en su conjunto debería ponerse los pantalones largos, todo el arco político de este país y definir el tipo de modelo de desarrollo que queremos en lo inmediato y en el largo plazo. Si tuviera que elegir, yo elegiría un desarrollo de crecimiento interno, con protección a la industria y a las fuentes de trabajo. Con sus matices, el rumbo del Gobierno anterior era el correcto.
Después podemos criticar a las personas, si lo hicieron bien o mal, pero no hay país que no se haya desarrollado sino cuidando sus fronteras, su conocimiento, su generación del intelecto, la ciencia y tecnología y acá hemos destruido el Ministerio.
Creo que lo primero que deberíamos hacer es cambiar el modelo, pero no serviría cambiarlo si no hay un consenso general.
Porque tuvimos doce años de un modelo de desarrollo que al no tener consenso se tiró el barco a la deriva.
-¿La corrupción tuvo mucho que ver en estos problemas que hoy se plantean. La famosa frase “se robaron todo” justifica lo que está pasando?
-Creo que la corrupción es transversal a la sociedad. Hay corrupción en la parte pública, en todos los estratos de la parte pública, en todos los partidos políticos y también en el sector privado.Estoy seguro de que la corrupción es un efecto negativo para que un programa de desarrollo sea sustentable, sea genuino, pero no creo que justifique, no creo que antes había corrupción y ahora no.
La corrupción está ahora también, es un lastre que viene arrastrando la sociedad y que todos los argentinos nos tenemos que hacer cargo.
-Una cuestión que está hoy en el candelero es la baja de las acciones de empresas argentinas y que según los rumores están a la mira de empresas norteamericanas que las quieren comprar por dos pesos. ¿Es así?
-Eso ya está ocurriendo. Quien tuvo la oportunidad de especular sentado en su pila de dólares es mucho más rico que antes y pueden comprar bienes tangibles mucho más baratos. Por qué no lo van hacer los que están ganando dólares y están en el exterior.
La Argentina está barata, la devaluación esta nos empobreció a todos.
-¿Por qué la sociedad no reacciona, o lo hace aisladamente, le encuentra una explicación?
-Creo que venimos de una etapa donde la clase media tuvo un pasar acomodado y le va tocando algo, le va afectando, pero todavía no le ha tocado lo suficiente a la clase media que es la que puede reaccionar y ser visible.
Porque, lamentablemente, la clase baja, la que más está sufriendo las consecuencias de la crisis no es visible, no fue visible antes, no fue visible hace cincuenta años. Lamentablemente.
-A un ciudadano común que tenga unos pocos ahorros ¿qué le aconsejaría?
-Para quien tenga un ahorro pequeño y no lo piense usar en el corto plazo, le aconsejaría que se posicione en dólares. Hoy, el sistema financiero no tiene riesgos a corto plazo.Pero el corto plazo de 2018, no es lo mismo que el del año 2000. Porque los tiempos se aceleraron y una semana parece una eternidad.
-¿Nuestra región tiene mayores ventajas comparativas que otras?
-Sin lugar a dudas somos privilegiados. Las regiones chicas que estamos al medio de la pampa húmeda algo de derrame ocurre y más aún en los pueblos, mucho menos en las ciudades grandes y menos en donde los saldos exportables son ínfimos como puede ser Formosa.
Está claro que la región donde estamos insertados está dentro de las más privilegiadas. Y la ciudad de Villa María, aún más, porque tenemos ingresos de dos universidades fuertes, y una cuenca lechera con miles y miles de litros por día. Y aunque esté pasando dificultades no deja de generar riqueza y valor agregado.
Acá tenés industrias, comercios, universidades, un mix de cosas que a Villa María lo beneficia más que a otras ciudades cordobesas.
-¿Por qué estudió Economía?
-Empecé estudiando Abogacía y dejé. Seguí Ciencias Económicas porque me resultaba cómodo, estaba acá en Villa María y en primer año tuve un profesor que me iluminó y a partir de ahí seguimos con Economía, no la pude cambiar.
-En su niñez ¿soñaba con ser alguien en especial?
-Yo siempre decía que iba a ser presidente (risas). Me decían filósofo a mí en la primaria y decía que iba a ser presidente, pero ya no me meto en eso (risas).
Y me gustaba mucho leer, me sigue gustando, y de adolescente me gustaba el teatro.
-¿Subió varias veces a un escenario?
-Sí, hice varias obras. Con Marta Manzzutti, también con Juan Montes antes de ir a la escuela de teatro La Panadería.
-¿A qué se dedicaban sus padres?
-Eran estudiantes. Mi padre hoy es médico, mi madre es desaparecida de la última dictadura cívico y militar y me crió mi abuela.
-¿Fue un alumno aplicado?
-No, me tuve que poner a estudiar porque me requirió mucho esfuerzo. Los dos primeros años los hice en Villa María y luego me fui a Córdoba. Allí trabajé de administrativo medio día para pagarme los estudios.
Cuando tuve el título me fui del país porque habíamos puesto un emprendimiento en familia que no iba ni para atrás ni para adelante, y uno tiene toda esa fuerza de recién recibido y me agarró la loca y fui a España y me quedé cinco años.
-¿En ese momento ya estaba casado?
-Eramos novios, me fui primero, después se fue ella y volvimos con dos hijos. Y cuando regresamos pusimos un comercio que anduvo muy bien, fue una época de crecimiento (2006-2007) y de a poco fui haciéndome en el mundo de la consultoría.
-¿Le gustaría comprometerse políticamente?
-Sí, me acerqué en su momento para colaborar, primero en la UCR, después en el peronismo, pero nunca fui bien recibido. Me gustaría participar como un diseñador de políticas, como un intelectual, pero en un proyecto en el cual yo me sienta comprometido. Me convocaron desde el PRO, en 2014 tomando un café, pero les dije “puedo militar para cualquier partido político que tenga buenas intenciones, pero jamás para el PRO”.
-¿Cuál es tu sueño?
-Me siento muy realizado con mi vida privada. Me gustaría tener más tiempo para escribir y hacer actividades relacionadas con lo intelectual y me gustaría ser partícipe de alguna acción comunitaria, hacer cosas que se relacionen con el bien común.
Opiniones
Mauricio Macri
Me parece un individuo autoritario, no busca consensos y pone ante cualquier tipo de consecuencia lo que él pretende. Si bien es el decisor del camino a tomar, pienso que en la situación del país debiera buscar consensos. A veces suena a caprichoso, me parece poco preparado para el cargo, el tiempo lo juzgará.
Juan Schiaretti
Una persona prolija, pero no lo veo comprometido con los valores históricos del peronismo al que él dice pertenecer. Es un equilibrista que trata de llevar las aguas a buen puerto.
Martín Gill
Me parece una persona con una importante presencia en la gestión, prolijo en sus acciones, pero creo que podría haber tomado decisiones más comprometidas.
Me gusta
El ajedrez, cocinar
Me encanta
Viajar
Me divierte
Bailar, las actividades culturales, estar al aire libre
Me entristece
La situación del país
Me enoja
La situación del país y sus consecuencias