El economista y asesor de empresas analizó con elDiario la actual situación que atraviesa Argentina y cómo puede impactar en la ciudad y la región. Aquí, el diálogo que mantuvo en nuestra Redacción.

-¿Podemos trazar un panorama inicial para saber, por así decirlo, dónde estamos parados?

-Primero que nada, hay que señalar que la economía está pasando por una crisis importante. Lo que el Gobierno nacional pretende hacer es un cambio de sistema económico, que está afectando a todo el entramado productivo, económico y social. Obviamente, con claros ganadores y claros perdedores. Entre estos últimos, las clases medias y bajas, traspasando recursos a las clases más altas, que han sabido aprovechar el boom financiero de los primeros meses de la nueva gestión.

-¿Cuál es exactamente el sistema económico que pretende establecer?

-Está claro que el Gobierno nacional apunta a una liberalización de la economía, con lo cual, todas las empresas van a tener que competir en el mercado internacional. Y para eso, obviamente, están más preparadas las empresas más grandes y las asociadas con los recursos naturales, que son las que tienen más capacidad de tener productividad natural: el campo, ya en menor medida, y las dedicadas a litio, al petróleo, a los combustibles y la minería. Las empresas pymes que quedan dentro del entramado de agregado de valor en esas economías, que estén asociadas a esos sectores, van a andar bien, mientras que el resto, lamentablemente, dentro de este modelo, quedan en una situación de serias dificultades.

-Duele pensar que muchas Pymes queden fuera del nuevo modelo, porque son las que generan la mayor cantidad de puestos de trabajo…

-Sí, es preocupante la sustentabilidad de las Pymes y su capacidad de generar puestos de trabajo. Si les va mal a las pequeñas y medianas empresas, obviamente que van a desaparecer puestos de trabajo. En realidad, ya se estima, para el mediano plazo, un aumento de la tasa de desempleo. Ya se vio que ha pasado del 5,7% a más del 7,7% en lo que va de mandato del actual Gobierno y se espera que hacia final de año se ubique en dos dígitos. Esta situación es terrible, porque como siempre digo: la inflación genera desasosiego porque no permite proyectar, la baja de ingresos causa preocupación y angustia, pero la falta de trabajo produce desesperación.

-Así y todo, parece que no habrá un cambio del rumbo…

-Las políticas macro siguen enfocadas, en primer lugar, en conseguir el déficit cero, cueste lo que cueste: empresas que caigan, desaparición de puestos de trabajo. En segundo lugar, dejar de emitir, es decir, una política monetaria totalmente restrictiva, con todo lo que conlleva para el crecimiento del PBI y el entramado económico, productivo y laboral. Y, en tercer lugar, una liberalización del tipo de cambio que, parece ser, por lo que dice el Gobierno nacional, lo va a dejar para más adelante.

-Pero, si los indicadores marcan que el plan no está funcionando…

-Bueno, buscan corregir el Excel dejando lo social de lado, conseguir el déficit fiscal cero y superávit en la balanza comercial, caiga quien caiga, y luego, que la economía argentina crezca únicamente con aquellos sectores que pueden ser competitivos a nivel internacional, asociados a los recursos naturales. Está claro que el entramado económico y productivo que conocemos va a entrar en seria crisis porque se va a ver, en gran parte, destruido y disgregado por todo lo que conlleva la pérdida del poder adquisitivo y la pobreza de una mayoría de los habitantes del país.

-Los mercados y hasta el FMI parecen reaccionarios ante ese escenario…

-Es verdad, ya en los últimos días, el mercado ha empezado a desconfiar del éxito del plan; algo no cierra. Con una moneda tan apreciada no hay sector productivo que no esté jaqueado, incluso hasta al sector agroexportador está esperando una devaluación que mejore la rentabilidad de sus exportaciones; pero devaluar sería muy riesgoso, al borde de encender una espiral hiperinflacionaria. El Gobierno, para consumar su plan, necesita financiamiento, algo que, por ahora, se muestra complicado.

-Por último, por las características de Villa María y la región, ¿cómo pueden verse afectadas por la situación?

-La situación está golpeando fuerte a varios rubros: comercio no esencial, como vestimenta y calzados, alimentos y servicios gastronómicos, metalmecánica, etcétera. Sin embargo, todos sabemos que nuestra ciudad es un oasis en el país; la dinámica productiva de la región es muy rica y los cimbronazos económicos se sienten menos.