Alfredo Koncurat analizó para El Diario el escenario poco alentador de la economía nacional, debido a las consecuencias de un cóctel entre deuda heredada y sequía. ¿Cómo afecta ese panorama a nuestra región?
“Qué la economía está complicada no cabe la menor duda. En este escenario pospandemia hay que decir que Argentina reaccionó muy bien, dado que tuvo un efecto rebote importante en el año 2021 e incluso en parte de 2022.
Pero ahora, se está amesetando ese efecto y si a eso le sumás la deuda heredada y la sequía histórica que afecta a todo el país -pero fundamentalmente a la región que más produce que es la región pampeana-, el panorama es complicado”, dijo Alfredo Koncurat, economista, a El Diario.
“El último trimestre del año pasado ya se empezó a ver los indicadores que mostraban una merma de la actividad económica, incluso con menos margen de rentabilidad en las empresas de casi todos los rubros”, explicó.
La cadena de valor se resquebrajó y se estima que a nivel nacional se perderán 20 mil millones de dólares menos. “Esto significa que hay uno que vendió menos agroquímicos, un ingeniero agrónomo facturó menos y esas personas van a comprar menos en los comercios, van a ir menos al cine, por lo que ese parate económico se va a sentir en todos los sectores. Obvio que en algunos más y en otros menos”, dijo.
“Entonces, si a esa retracción económica le sumamos el contexto de inflación, hay un combo que resulta en una palabra que no nos gusta, pero es así: ‘estanflación’, es decir, estancamiento más inflación”.
En Villa María
El escenario económico adverso “afecta de distintas maneras a distintos sectores y a distintas regiones: Villa María, hay que decirlo, es una zona agradecida. Estamos ubicados entre dos rutas nacionales, lo que da una ventaja logística y es un área de producción mixta, lo que hace que se sufra menos el cimbronazo. Si lo vemos por sectores, se sabe que quien venda alimentos, percibirá menos el efecto negativo porque la gente sigue comprando comida, pero el que vende ropa u otros artículos menos elementales, va a vender mucho menos”.
Cadena de pagos
-¿Cuando lleguen los meses de pagar con una cosecha prácticamente malograda, qué va a pasar con la cadena de pagos?
-Tenemos distintos tamaños de productores agropecuarios en nuestra zona, desde los que tienen 100 hectáreas a los dueños de 5.000 hectáreas y la gran mayoría trabaja financiando a cosecha. Agroquímicos, insumos en general, alquileres, todo es a cosecha. Ante el magro resultado de esta cosecha, indudablemente habrá un resquebrajamiento de la cadena de pagos. Es un problema financiero más que económico. Porque a lo mejor el tipo tiene 500 hectáreas y cualquiera diría que es millonario, pero no tiene para abonar al contratista para que siembre la nueva cosecha porque no le pudo pagar la anterior. Por eso decimos que esto está generando un efecto negativo que, como un dominó, va a ir afectando a distintos sectores de la economía.
Algunos tendrán más trayectoria y tendrán más plazos que otros, pero va a afectar.
Además, el Estado no va a poder salir a intervenir porque está acorralado por la deuda y porque esta merma productiva va a afectar sus arcas.
-¿Y hablando de las arcas del Estado, cómo va a impactar en la región el nuevo “dólar agro”?
-La medida genera un rápido ingreso para la caja del Estado, es una rápida recaudación de dólares para el Banco Central. Se supone, que es el mal menor elegido para no optar por una devaluación generalizada que podría afectar a estratos sociales más críticos. Pero como contrapartida, es cierto que afectará negativamente a otros sectores que tienen un rol importante en nuestra zona, porque como efecto no deseado de esa medida, aumentan los costos, principalmente de los productores de carne y leche.
-¿Ves una mejora en el corto plazo?
-Siempre digo esto para que quede muy claro: ninguna empresa ni ningún país entra en una situación crítica desde lo financiero de un día para otro, es una cuestión de mucho tiempo haciendo mal las cosas. Y además, ninguna empresa ni ningún país sale de una situación crítica de un día para otro. Así que está claro que el país tendrá que hacer muy bien las cosas por un tiempo bastante prudente, para poder salir del atolladero en que estamos.
Por un lado, tendrá que afrontar la necesidad de garantizar cierta calidad de vida, sobre todo a los estratos sociales más bajos, porque hay mucha gente que está pasando necesidades; y por el otro, deberá generar actividad económica para que se impulse el empleo y al mismo tiempo generar recursos para poder pagar una deuda. Una deuda que, como fue planteada inicialmente, era imposible de pagar.