El economista y asesor de empresas repasó con El Diario distintos temas de actualidad, pero también sobre lo que dejará a su paso la pandemia de coronavirus. El dólar, los precios, las especulaciones y los especuladores.
-Hay quienes sostienen que la pandemia de COVID-19 señalará un antes y un después en la economía mundial. Algunos asemejan la situación actual a la de 1929… Se dice que se van a reconfigurar las relaciones comerciales a nivel mundial… ¿Cree que será así?
-Totalmente. Todavía no entramos en la peor fase de la crisis económica del mundo, que va a ser terrible.
-¿Para cuándo avizora esa situación?
-Para los próximos seis meses y hasta para el año que viene. La peor fase del proceso será para entonces. Lo que está sucediendo ahora es una situación de incertidumbre. Nadie sabe dónde está parado; nadie sabe si vamos a traccionar mucho o poco. Pero cuando la economía empiece a funcionar hacia una nueva normalidad, en los próximos meses, va a ser terrible. Septiembre, octubre, noviembre van a ser meses así: terribles.
-Esa reconfiguración de la economía mundial, ¿cómo encuentra a la Argentina?
-Al país le ocurren dos cosas que podría decirse que son raras. El hecho de arrastrar una situación de crisis de los años 2018 y 2019, que fueron tan difíciles, hace que esto golpee muchísimo. Pero, al mismo tiempo, están siendo golpeados todos los países. Entonces, lo que era un país en ruinas, ahora pasa a ser uno más entre todos los países que están en ruinas. En esas condiciones internas y externas, la negociación con los fondos buitre, con los acreedores, medio como que se le facilita a la Argentina. Porque los acreedores ahora no tienen que negociar con Argentina sola, que está caída y hundida, sino que tienen que negociar con medio mundo que está en condiciones parecidas y, en esa situación, los acreedores tampoco son tontos; prefieren pájaro en mano que cien volando… Es decir, antes que se destruya todo el capital, prefieren negociar algo… En este aspecto, el país ha salido beneficiado a la hora de renegociar su deuda. Obviamente, mucho mejor sería que no estuviésemos endeudados y que no tuviésemos que renegociar nada.
-¿Cómo ven ustedes, los asesores de empresas en “el interior del interior”, el desfile de personajes por los set de los canales nacionales de televisión anunciando algo así como el Apocalipsis para nuestra Nación?
-Están trabajando para otros intereses o están totalmente confundidos. Porque la teoría económica no funciona siempre igual. Depende de un contexto social y político. La prueba está en que el exceso de emisión monetaria a nivel mundial no está generando inflación. En una situación normal, eso sí derivaría en un aumento de precios. Está claro que los mecanismos económicos no funcionan siempre en base al libreto que tienen escrito. Por eso digo, o usan el manual equivocado o trabajan para otros intereses.
-En cuanto a la emisión, ¿usted dice que el circulante no repercute en la inflación, en los precios?
-Repercute algo. De hecho, el último dato de inflación que corresponde al mes de abril muestra que la suba del índice fue de 1,5, mucho menor al de marzo. Es decir, sí se vuelca a precios, pero es tan bajo el nivel de consumo, de retracción de la economía, que las empresas están priorizando la comercialización, la venta y no el aumento de precios. Por otro lado, tenemos que el petróleo está tan bajo a nivel internacional (algo que viene por otro tema), que ha hecho que los combustibles no aumenten, que estén congelados prácticamente, y ya sabemos que cuando los combustibles aumentan inciden sobre el precio del transporte y de los productos.
-¿Algo del circulante empuja el precio del dólar por encima de los 100 pesos?
-Algo caótico está pasando a nivel mundial. La pandemia está golpeando a dos manos. Y el Gobierno argentino, como hacen las autoridades de prácticamente todos los países del mundo, está emitiendo excesivamente. Por suerte, y dada la situación especial de crisis que venimos sufriendo en los últimos años, como venía diciendo, esto no se ha volcado a precios, pero sí se vuelca en parte al dólar paralelo.
-¿Qué le diría al pequeño ahorrista, al que puede estar pensando en pedir el crédito a tasa cero para ir a comprar dólares?
-El dólar paralelo va a seguir subiendo, pero desde mi punto de vista está castigado en buena hora con una desdoblación del tipo de cambio. Así, los recursos que necesita el país para los importadores que requieren materias primas, para las fábricas, para las industrias, en definitiva, para no destruir la cadena de valor, tendrán el dólar al precio oficial. Y los que necesiten dólares ahorro o dólares suntuosos, que los paguen paralelamente. Me parece que es la única reserva de valor y por eso ha aumentado la demanda y por eso ha aumentado su precio, pero entiendo que en este momento de incertidumbre alguien que dispone de un dinero se quiera volcar a algo que le dé seguridad, por más que valga lo que valga. Como consejo, diría que es tan válido para ahorrar el dólar como el oro. Además, poner esos ahorros en el sistema financiero a través de un plazo fijo… no es que tenga riesgo, pero genera muy poca rentabilidad.
Koncurat se mostró de acuerdo con las intervenciones que está realizando el Estado para asistir a los sectores que más lo necesitan, entre los que se cuenta parte del empresariado. Pero señaló una falencia: “Me hubiera gustado que el decreto referido a los créditos a tasa cero fuera más explícito, que fijara la obligatoriedad para los bancos de darlos sin andar eligiendo a quién sí le conviene otorgárselo y a quién no, porque a esa tasa la respalda el BCRA. La bajada de línea de la política monetaria tendría que ser más precisa. Nunca pueden llegar esos fondos a empresas que no lo necesitan, pero que son las que mejores califican, porque ese dinero tan necesario para algunos, puede ser usado de manera especulativa por otros”.