La tormenta perfecta: la profecía auto-cumplida: estanflación (estancamiento con inflación)
Con cara de póker el gobierno apunta todas sus cartas a bajar la inflación, en pleno año electoral no se puede dar el lujo de romper el “pacto electoral” con promesas incumplidas en materia económica donde más duele (el bolsillo).
La alta y creciente inflación de los últimos meses está estropeando la ya alicaída imagen del presidente que queda expuesto a sus propias palabras: «Eliminar la inflación será la cosa más simple que tenga que hacer si soy Presidente» (Febrero 2015), «Si la inflación no baja es culpa mía» (Marzo 2016).
Lamentablemente el camino elegido a través del BCRA para paliar la creciente suba de precios (sea por la falta de capacidad, impericia o por propia convicción) es nuevamente la revalorización de la especulación financiera, sosteniendo altas tasas reales positivas en dólares.
Antes de continuar con el análisis, ¿Porque nuevamente? Porque la historia nos cuenta que este camino fue tomado en plena dictadura (1976) por Martínez de Hoz con nefastos resultados y peores consecuencias que dejaron por demás condicionado a su sucesor, el gobierno de Raúl Alfonsín (vaya que pesada herencia!!!)
Deuda y bicicleta financiera
Mientras el estado se endeuda para cubrir un déficit creciente, las tasas de interés reales positivas que propone Stuzenegger (BCRA) invitan a capitales golondrinas a “hacer su verano” y obtener considerables rentas especulativas.
Hagamos un simple cálculo económico: vendo mis dólares, compro lebacs, y al cabo de un año vendo las lebacs y recompro dólares ganando una tasa en dólares hoy del 25% anual!!!!!!
Una tasa de ganancia record a nivel mundial!!!
Un nuevo record para Argentina, el triste record de ganancias para capitales especulativos que deberemos pagar a futuro todos los argentinos.
Pero como si esto fuera poco, la lógica es aún más perversa ya que estos capitales no construyen fábricas, no va a obras de infraestructura, no generan fuentes de trabajo, no generan valor agregado para el país; y mientras algunos están de fiesta, el grueso de la población ve deteriorada su calidad de vida y modificando sus hábitos de consumo para llegar a fin de mes (según el último informe del CEM (Centro de Estudios Metropolitanos de la Ciudad de Buenos Aires) el 74% de la población ya cambió las marcas de su consumo a marcas más baratas).
Lamentablemente, mientras no existan los mecanismos en el estado para que sea más conveniente producir que especular, invariablemente el país retrocederá cada tanto en cuatro patas.