La falta de una definición del conflicto con los holdouts nos pone frente a un escenario de gran incertidumbre.

Un nuevo golpe, esta vez externo, exógeno e imprevisto supone un nuevo obstáculo, un nuevo desafío para la economía Argentina. 

Que el 2014 pintaba como un año complicado ya no cabía dudas, todos los analistas e incluso datos del propio INDEC muestran un deterioro de los indicadores macroeconómicos.

Sin embargo el inesperado fallo de la corte Norteamericana supuso un nuevo inconveniente para el país, y ante un escenario de incertidumbre este factor oscureció aún más las perspectivas de los próximos meses.

Por este inconveniente también la CEPAL revisó su estimación de crecimiento Argentino bajándola a tan solo 0,2% para el presente año.

¿Y ahora?
La clave

Si bien la “pelea” con los holdouts ya supone una importante mella en la economía, la resolución del problema de forma rápida podría reencauzar la estrategia que se buscaba antes del inicio del conflicto: abrir puertas al financiamiento externo en el corto plazo y lograr estabilizar muchos de los indicadores macro que preocupan. En caso contrario, la estrategia sería llegar a enero y evitar la famosa clausula RUFO que tanto preocupa y con razón al Gobierno.

Ahora bien, ¿cómo se llega a enero?

Un pálido corto plazo

La película muestra indicios claros: importante crisis en el sector automotriz, baja en el consumo minorista, caída en la producción industrial, y para completarla incipiente merma en los precios internacionales de los productos agropecuarios.

Producción de Autos

EMI 08-2014

La alarma se ha encendido con fuertes golpes de sirena, acostumbrados a continuos ciclos con crisis recurrentes pareciera que no se avizora otro camino que no sea un crack en el corto plazo. Estas malas expectativas frenan decisiones de inversión y retroalimentan aún más el oscuro contexto.

Afortunadamente lejos está el país de caer hoy en una crisis terminal, al menos comparada con la crisis del 2001, o la hiperinflación de fines de los ´80 y principios de los ´90; y también lejos está la Argentina de padecer las terribles consecuencias sociales que hoy sufren muchos de los países europeos como el caso de España que soporta un 25% de desempleo.

Si bien es cierto que las dificultades de suman, la foto instantánea muestra que buena parte de las variables macroeconómicas fundamentales se encuentra todavía con vigor: reservas en el BCRA, un tasa de actividad que aún menguada mantiene una baja tasa de desempleo y sobre todo, un reducido nivel de endeudamiento, lo que vuelve poco probable un escenario de crisis en lo inmediato.

Deuda Argentina

Aunque existen datos que nos llevan a preocuparnos por el futuro de la economía argentina, el pesimismo y el alarmismo que ha dominado la escena económica de corto plazo parecen exagerados, circunstancia que puede llevarnos a agravar la situación que en nada favorece a la calma que tanto necesita Argentina de cara a un crucial año electoral que pronto se avecina.