Se vislumbra un repunte de la economía. El gasto público pre electoral consolida un incipiente auge.
Según el Índice Líder elaborado por la prestigiosa Universidad Torcuato Di Tella, el trance actual de la economía argentina tendría un 97% la probabilidad de ingresar en una fase expansiva.
Este indicador que busca anticipar las fases de ciclos económicos está conformado por diez series seleccionadas, que por su consistencia temporal, racionalidad económica, representatividad, disponibilidad y oportunidad se consideran adecuadas para conjuntamente predecir los cambios de tendencia.
Los índices que son tomados para construir el IL son: Índice General de la Bolsa de Buenos Aires, Merval Argentina, Superficie a Construir, Despacho de Cemento al Mercado Interno, Índice de Confianza del Consumidor, Concursos y Quiebras, Escrituras de Compraventa de Capital Federal, M2, Industria Metalmecánica y Utilización de Capacidad Instalada de Bienes Intermedios.
Todos estos indicadores se consideran un termómetro oportuno porque su evolución temporal anticipan las fases del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE); de esta forma si se puede observar por ejemplo mayor venta de cemento o menores quiebras y concursos se puede predecir que en los próximos meses habrá un crecimiento de la construcción o que las empresas se encontrarán con más fortaleza lo que se traduce en una evolución favorable meses posteriores del EMAE.
Ciclos y tendencias
Desde hace tiempo los ciclos y los cambios de tendencias llamaron la atención de los analistas económicos, la búsqueda de las causas de estos caprichosos vaivenes fue motivo de estudios ya que estas oscilaciones causan importantes desequilibrios con relevantes consecuencias sociales. En eso los argentinos deberíamos saber mucho, la profunda crisis del 2001 tuvo efectos sociales desbastadores: cierres de empresas, remates de campos, desempleo, y miles de argentinos sufriendo penurias y restricciones de consumo.
Pero, ¿Qué son los ciclos? En si los ciclos económicos son las oscilaciones de la expansión a la contracción de la economía, o por lo contrario de periodos de depresión a fases de apogeo.
En teoría se describen tres tipos:
• Ciclos cortos, pequeños o de Kitchin, con una duración de 3 o 4 años aproximadamente; no necesariamente registran una crisis en el descenso.
• Ciclos medios o de Juglar, de entre 8 y 10 años en promedio; y se distinguen por la presencia de auges y crisis cíclicas.
• Ciclos largos, ondas largas o ciclos de Kondratieff, más o menos se dan cada varias décadas. Durante la expansión los ascensos son prolongados y más fuertes, durante la depresión las crisis son muy fuertes y las recesiones, prolongadas.
El gráfico que identifica la variación porcentual interanual de la actividad económica argentina nos muestra en detalle estos ciclos, que de forma paradójica se dan con sorprendente periodicidad en todas las economías.
Desde ya que esto no quiere decir que podamos predecir con exactitud el futuro, miles de variables influyen para que las estimaciones solo se puedan hacer a grandes rasgos y solo con cierto grado de previsibilidad.
En nuestra realidad como podemos apreciar los períodos están muy marcados, y si bien por los rezagos propios de las variables la percepción social todavía no lo siente, todo nos indica que ya hemos superado el punto de inflexión y nos encaminamos a una mejora, tímida y ligera mejora, al menos en términos de crecimiento.