Andando la economía va encontrando su rumbo. El sector automotor sigue siendo el principal motor de la economía argentina.
El año no había comenzado bueno, y los cimbronazos de un alicaído 2012 todavía se reflejan en el humor fastidioso de los agentes privados.
Sin lugar a dudas la incertidumbre de un mundo convulsionado, de un Brasil sin fuerzas y de las turbulencias propias del periodo pre electoral había hecho mella en los principales indicadores. Los malos números afectaron las expectativas que repercutieron negativamente en la variable fundamental: la inversión.
Sin embargo y tal como se preveía las políticas expansivas impulsadas en este último periodo (es lógico en un año electoral) están empezando a dar sus resultados.
El Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (CEU) informó la semana pasada que la actividad fabril registró en mayo una recuperación del 6,6% interanual impulsada principalmente por la actividad automotriz y en menor grado por la construcción.
Los números fríos nos muestran que la industria automotriz parece no tener techo, y tal vez la única consecuencia grave de su vertiginoso crecimiento sea la congestión constante del tránsito en las calles de la ciudad.
La producción y las ventas hablan por sí solos: según ADEFA la producción de vehículos creció casi el 20%, el patentamiento de 0km ascendió el 8,3% según ACARA y la venta de usados alcanzó el mejor registro semestral en este 2013 según CCA. En Córdoba el crecimiento de usados fue del 3,78% en estos primeros seis meses del año.
Sin lugar a dudas el repunte de la industria más el record de la cosecha de granos son los elementos que dan argumento al crecimiento de la actividad económica en mayo que destacaron el INDEC y en menor medida la consultora Ferreres (EMAE 7,8% y IGA-OJF 5,1%).
Expectativas de mejoras
Se puede predecir que las mejoras en los principales indicadores ayuden aún con el retardo propio del circuito económico a la mejora de las expectativas y con ello a la toma de riesgos, es decir es de esperar que empiece a notarse la creación de nuevos emprendimientos.
En este sentido, aún tímido, el Índice Líder obtenido por la Universidad Torcuato Di Tella (que busca anticipar cambios de tendencia en el ciclo económico) muestra por segundo mes consecutivo desde octubre de 2011 una variación interanual positiva.
El cambio de tendencia parece un hecho, aunque difícilmente podamos esperar un auge tan relevante como el período 2003-2008.